Perdió todo después de un incendio en su casa de Alto Comedero pero dejándose ayudar logró volver a ponerse de pie.
Karen Tolaba tiene una certeza: para comer, hay que trabajar. Desde chica tuvo que salir a la calle para sobrevivir. A los once años ya limpiaba casas de sus familiares para “ganarse unos pesos”, y antes de eso salía junto a su madre y sus siete hermanos a pedir limosna a la calle. “Al hambre le tengo miedo”, cuenta hoy. Tiene 30 años y es madre de dos niños de 2 y 11 años, y a ese miedo que confiesa lo combate por varios frentes: es peluquera a domicilio, profesora de baile, camarera, ayudante de cocina y en el tiempo que le queda libre refacciona su casa -con sus propias manos- para abrir su peluquería allí.
“Vemos en Karen una emprendedora, hay una falsa creencia de que el emprendedurismo solo está destinado para gente capacitada o con dinero, pero hay muchos referentes de la economía popular que con esfuerzo se convierten en pequeñas pymes que generan ganancias e incluso abren oportunidades de trabajo para otros, otorgándole formalidad a sus emprendimientos. Nos mueve el deseo de guiarlos en su fortalecimiento y desarrollo emprendedor, bregando por la formalidad de la economía local” cuenta Jorge Conde, presidente de la Cámara Pyme de Jujuy. Y por esta razón decidieron acompañarla.
Es que hace 3 meses un incendio le cambió la vida a Karen, que perdió absolutamente todo. Era 8 de mayo y un llamado de teléfono le cambió el destino. “Mi vecina me avisó que se quemaba mi casa y yo entré en shock y me vine volando con la moto. Me di con que ya estaba todo consumido por el fuego; todo en llamas. Los bomberos tratando de entrar y no podían. Entré como sea a querer ver si estaban mis hijos, a rescatarlos. No pude, me ahogué con el humo. Me sacaron y tuve que esperar a que me dijeran si estaban mis hijos adentro porque no sabía si el papá los había buscado”.
Por suerte, el padre no los había retirado de lo de la abuela. A los chicos -Candela y Demian- no les pasó nada, pero la casa quedó completamente destruida. “Después de ese día fue empezar de cero, perdí todo. Desde la ropa, no tenía ni para hacerme el té. Me quedé sin nada, sin luz, sin puerta. Se reventaron los vidrios, ese día no tenía nada. Mis herramientas de trabajo, todo lo de peluquería, y todo lo que era de entrenamiento. Era pensar, ¿Qué voy a hacer?”.
Su tragedia se convirtió en noticia y varios medios de comunicación difundieron su necesidad. “Un incendio arrasó con una vivienda en Alto Comedero y quemó todo lo material de una familia”, fue el título del diario El Tribuno de Jujuy de ese día. Mientras pasaban los días más difíciles para Karen, recibió un llamado de la Cámara Pyme. “La primera vez que me llamaron yo estaba limpiando y me preguntaron sobre las herramientas que se me habían quemado. Yo les comenté la situación. Me dijeron que se contactarían conmigo. Pensé capaz que me compran unas tijeras y ya me viene de diez. La verdad, no sabía”.
A los días la citaron en la Cámara Pyme en el Barrio Mariano Moreno. “La verdad esperaba unas tijeras y unos peines como mucho. Cuando voy me doy con la sorpresa de que me habían regalado todo lo que necesitaba la secadora, planchita, la máquina de cortar pelo, que es una herramienta muy importante, tijeras, peine, la capa”, cuenta agradecida. Con esas herramientas comenzó a reactivar su emprendimiento y a salir adelante.
La Cámara Pyme de Jujuy es un organismo que se fundó hace 24 años en defensa del respaldo y fomento del crecimiento local de empresas y emprendedores jujeños. Siguiendo su política de responsabilidad social empresarial, buscan contribuir al desarrollo de personas que, incluso siendo ajenos a la institución, lo necesitan para poder establecerse como futuras pymes jujeñas. Se enteraron de la tragedia de la familia Tolaba por la prensa, se interiorizaron a partir de los medios y de averiguar entre personas cercanas, y decidieron colaborar con la restitución de las herramientas de trabajo para que Karen pueda continuar con su emprendimiento.
“Estoy muy agradecida con la Cámara Pyme. Me dieron todo para comenzar de nuevo. Poder contar nuevamente con mis herramientas de trabajo fue lo más importante porque me permitió volver a valerme por mí misma”, cuenta ella con una notable emoción en su rostro.
Hoy en día, Karen vive en la casa que se incendió. La vivienda ubicada en el asentamiento Che Guevara de Alto Comedero todavía guarda el recuerdo del incendio: paredes negras que fueron víctimas del fuego, desperfectos eléctricos y el sueño de una obra paralizado por la tragedia. “Es el único espacio que tengo”, confiesa entre lágrimas. Logró levantarla, aunque aún hay paredes caídas, vidrios sin reponer, y varios escombros. En una de las habitaciones guarda el bolso con las herramientas que recibió de la Cámara. Todos los días las carga en su moto, y las lleva para donde los clientes convoquen su servicio de peluquería.
“Me llaman y yo voy. Tengo clientes en Punta Diamante, en Alto Comedero, Coronel Arias. Peluquería a domicilio por ahora porque en mi casa todavía no puedo enchufar nada. No me arriesgo”. Al costado de su casa, en una parte del patio, Karen levanta una estructura para inaugurar su propia peluquería y así poder atender en el lugar. Por el momento, solo tiene algunos cimientos, pero el plan es terminarla “antes de fin de año o el año que viene”. En su tiempo libre, se pone a trabajar en la construcción.
“Lamentablemente perdí material de construcción, cemento que tenía para hacer la habitación delante de mi casa, en el patio delantero. En esa piecita quería poner mi peluquería. Yo me puse a cavar afuera para poder hacerla. Así como ves, la obra quedó paralizada”. Pasa que Karen se alimenta de sueños y no reniega de su presente.
Sin dudas el contacto de Karen con la cámara Pyme marcó un despertar de su faceta emprendedora. Descubrió que podía tener su propia peluquería en su hogar y hoy su lucha pasa por hacer realidad su sueño. “Me veo trabajando en mi casa, con ayudantes. De jefa. Sería bonito. En la habitación que sueño construir sería mitad peluquería y mitad gimnasio para poder dar mis clases de zumba, y listo, yo soy feliz”, cierra Karen, demostrando ser un verdadero ejemplo de resiliencia.
Invitamos a toda la comunidad jujeña a ser parte de la historia de Karen a través de su colaboración. Pueden comunicarse al teléfono 0388 – 4243991, vía WhatsApp al celular 3884075900, o en nuestro Instagram, donde conocerás sobre nuestro trabajo de promoción de las Pymes locales.